Fray Luis Beltrán

El Precursor


Con esta breve reseña queremos recordar a Fray Luis Beltrán quien, ante todo, es un sacerdote, es "el Padre Beltrán". Formado durante doce años en el Convento, el Orden Sagrado le dio un lugar de "mediador entre Dios y los hombres", una posición de conductor de almas que inspira respeto y devoción a todos los cristianos. Lo extraordinario, sin embargo, en Beltrán es que simultáneamente con el Sacerdocio, va integrando conocimientos científicos y tecnológicos de la época hasta tener el dominio de todos ellos. Todos estos conocimientos fueron forjando en él una unidad de intuición visionaria que se confundía con la profunda fe que todos le atribuían siempre al sacerdote formando por esto un precursor del campo sagrado.

Estamos en presencia de unas de las grandes posibilidades de la historia de la cultura humana, que amalgamó la ciencia y tecnología de esa época y su profunda vocación religiosa unida monolítica.

El Cnel. Nellar nos acerca a una imagen de su personalidad con las siguientes palabras: "El silencio que rodea a Beltrán es impresionante y desconcierta. Este silencio se siente desde su propia alma con una profunda intensidad y sentido". Otra frase que trascendió oralmente dice que "lo más sublime de Beltrán era su alma y su voz". La primera delicada en extremo y de una exquisita sensibilidad, y la otra sonora como un cristal. En síntesis, fue un hombre que supo poner la sabiduría alcanzada, con humildad al servicio de la libertad americana, dedicándole enormes esfuerzos, durante quince años y hasta el final de su vida.

FRAY LUIS BELTRÁN y el parque de Arsenales

La influencia de la intervención de Beltrán en esta área fue decisiva, por los conocimientos antes mencionados y por su relación con los operarios y profesionales con quienes tenía un trato personal. El crecimiento del arsenal fue notorio puesto que el número de trescientos trabajadores se incrementó a novecientos, para satisfacer las necesidades de las distintas secciones: fragua, fundición, cohetería, carpintería, arquitectura, laboratorio para pólvoras, etc. En medio de la actividad, su presencia contagiaba a todos de una profunda devoción e imprimía una conducta que hizo decir a San Martín que "fue el muelle real que vitalizó al Ejercito de la Gloria".

Entre las medidas que posibilitaron su gran empresa se cuenta la de la reducción de la jornada laboral de doce a ocho horas en un esquema de producción continua, antes inexistente. Este novedoso cambio le atribuyó el apodo del nuevo Vulcano, el dios romano, forjador de armas, cuya fragua no se apagaba nunca. De esta manera elevó, por dar un ejemplo, la producción de herraduras de mil unidades a treinta mil en el idéntico lapso de un mes.

El mismo Gral. San Martín apreció las mejoras que introdujo entre otras, en la producción de cañones, en los que logró una precisión de tiro desconocida hasta entonces en Europa. Por eso los españoles no eran, por entonces la mayor preocupación; aunque si lo desvelaba la cuestión del traslado de la artillería a través del Macizo Andino.

FRAY LUIS BELTRÁN y La Travesía

El diecinueve de enero de mil ochocientos dieciséis, sale la columna del parque de Mendoza, con todos sus efectivos y pertrechos, a la orden de fray Luis Beltrán acompañado de una unidad de artillería, como defensa en caso de ser atacados. La columna está compuesta por unos dos mil hombres, setecientos cuarenta animales entre mulas y bueyes, varias toneladas de material, doce carretas angostas, conocidas como Las zorras de Beltrán, dos maromas, dos anclotes, aparejos, etc. La artillería transportada se componía además de dos obuses de seis pulgadas, siete cañones de batalla, nueve cañones de montaña de bronce, dos cañones de hierro de doce onzas y dos cañones de diez onzas con sus respectivas cureñas y armones. También llevaban municiones: Trescientas granadas, dos mil cien tiros de bala para cañón, mil cuatrocientos tiros de metralla, y dos mil setecientos tiros de bala. Por más de dos kilómetros de filas india se extendía la dificultosa marcha por la Cordillera.

Podían verse mover como avezados y baquianos sin abandonos ni rebeldías, cruzando precipicios sobre puentes colgantes o elevándolos verticalmente hasta alturas donde el vértigo y el peligro amenaza la vida de cada uno. Es indudable que la empresa estaba proyectada en todos sus detalles, y previstos todos los instrumentos técnicos para vencer tan escabrosa topología, bajo la atenta y confiada mirada de la gloria.

Estamos en presencia no de un mito sino de un hombre que hará romper las cadenas de la opresión con el ejercito de la gloria.

FRAY LUIS BELTRÁN y la Escuela Mecánica del Ejército

Como ocurre con Beltrán, los aprendices ingresaban a recibir su formación a los quince años de edad, lo que implica dejar la familia por una institución militar, cuya disciplina, si bien diferente no es menos rígida que la religiosa. Es posible, por lo tanto, establecer una comparación en el hecho de como él, nosotros iniciamos nuestra adolescencia lejos de la familia, con la guía de profesores e instructores que de alguna manera han reemplazado para dirigirnos a una madurez más consistente.

Este proceso significó para nosotros, alumnos de la escuela, la formación de una personalidad y la adquisición de conocimientos en el aspecto profesional. De la misma manera que Fray Luis Beltrán se formó en el convento como religioso y técnico. Esto es lo que nos une a él en la fe, la vocación a la Patria y la tarea cotidiana.

Así, en la convivencia con esta nueva familia, se formó un espíritu de fraternidad, con tal fuerza de afectos que sentimos la necesidad de vernos en todas las ocasiones que las circunstancias lo permiten. Esta unión se realiza bajo la mirada de quien diera su nombre a nuestra escuela en nombre de los valores a que dedicó su vida: el servicio a sus semejantes, el amor a la libertad. Es por eso, también que nuestra unidad y afecto mutuo, están vinculados al sentido cristiano que le dio este piadoso precursor.

Diccionario Histórico Argentino - Tomo l
  • Nació el 07 de septiembre de 1784, en un caserío cercano a la Ciudad de Mendoza. Hijo de Don Luis Beltrand, francés y de Doña Manuela Bustos, criolla.
  • Se educó en el convento de San Francisco, diciéndose cuando, apenas tenia 16 años por la carrera eclesiástica . Fue trasladado a Chile, y en el convento de Santiago, se nombro vicario de coro.
  • En 1812, entró como capellán al Ejército de Carrera, asistiendo al combate de Hierbas Buenas. por los conocimientos científicos que puso en evidencia para recomponer el material dañado en esa derrota, se le dio el grado de Teniente de Artillería, aunque sin dejar los hábitos.
  • Siguió la suerte de las armas Chilenas hasta Rancagua, en 1814, regresando a pie a Mendoza a través de la cordillera.
  • Incorporado a la tropa de San Martín, éste lo nombró Teniente 2º, y le confió el montaje del parque y maestranza; bajo su experta dirección se fabricó de todo cuanto necesitó el Ejército para equiparse, desde uniformes hasta cañones.
  • San Martín, lo ascendió a Capitán, graduado antes del paso de los Andes; participó en la batalla de Chacabuco y el Gobierno de Chile le confió el parque y maestranza para que siguiera preparando elementos destinados a la liberación del Perú.
  • La sorpresa de Cancha Rayada hizo perder la casi totalidad del material preparado y Beltrán se vio precisado a trabajar día y noche, par reemplazarlo.
  • Rehizo las armas y fundió cañones, y 17 días después de aquel desastre, el 05 de abril de 1918, los patriotas pudieron tomar amplio desquite en Maipú.
  • Después de pasar unos meses en Mendoza, debió regresar a Chile, para seguir pertrechando a la tropa experimentada. Con éstas se embarcó en 1820 como Director de la Maestranza, actuando hasta 1824, dos años antes había sido ascendido a Sargento Mayor, y en 1823, se le entregaron los despachos de Teniente Coronel graduado.
  • En esos cuatro años, había pertrechado cuatro expediciones marítimas, y a raíz de la sublevación del Callao, condujo la Maestranza de Trujillo, a fin de seguir preveyendo de elementos a Bolivar. Con motivo de una injusta amonestación de éste, intentó suicidarse por asfixia, más, a pesar de ser salvado perdió la razón. Poco tiempo después se mejoró, embarcándose para Chile, de donde pasó a Buenos Aires.
  • Reconocido en su grado, se le destacó al Ejército que el Gral Martín Rodriguez organizaba en la línea del Río Uruguay, en 1825.
    Allí también desarrolló una importante acción técnica para pertrechar a las tropas, ayudando además a proveer de armas a la escuadra de Alte Brown. Con las tropas de Alvear participó en la Batalla de Ituzaingó, pero agravado en sus dolencias debió venir a Buenos Aires.
  • Sintiendo que llegaban sus últimos momentos, renunció a las armas para vestir nuevamente los hábitos.
  • Falleció el 08 de diciembre de 1827, siendo sepultado en el Cementerio de la Recoleta.

1 comentario:

  1. Anónimo19/4/14

    Ingresé por la puerta de Combate de los Pozos 1919 el 16 de febrero del año 1962.El 17 de marzo de 1964,mientras la escuela se trasladaba a Campo de Mayo,los cursos de Mec.comunicaciones de avión y mecánicos de aviones nos embarcabamos en tren hacia la Escuela de Suboficiales de Aeronáutica en Córdoba para cursar los dos años que nos faltaban para alcanzar la especialidad .Eramos el primer curso de la Aviacion de Ejército moderna.Egresamos en 1965

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